lunes, 18 de febrero de 2008

CAIXA-FORUM

En el Paseo del Prado enfrente del Jardín Botánico había una antigua fábrica. Un edificio hecho de ladrillo naranja, como muchos del siglo XIX. Años después, junto a él hicieron una gasolinera para abastecer los múltiples coches que comenzaban a poblar la ciudad, la gran ciudad. Pero las gasolineras son peligrosas si tienen viviendas al lado. El solar (de la gasolinera) y el edificio quedaron abandonados.

La antigua fábrica, proyectada en 1899 por el arquitecto Jesús Carrasco-Muñoz Encina y el ingeniero José María Hernández, no sólo estaba en ruinas, sino que se encontraba enclaustrada en el denso tejido urbano, desconectada del Salón del Prado, y contaba con una capacidad de 2.000 m2. El proyecto arquitectónico ha permitido quintuplicar la superficie hasta llegar a los 10.000 m2, y ha vuelto a colocar la central en el mapa. Ello ha sido posible incorporando al nuevo centro el espacio que antes ocupaba la gasolinera en el número 36 del paseo del Prado (que cegaba la visión de la fábrica), ahora convertido en una plaza pública ganada en el centro de la ciudad para los ciudadanos. Asimismo, se ha restaurado la fachada de ladrillo de la antigua fábrica de manera artesanal, de forma que recupera su aspecto inicial, y se ha añadido volumetría por arriba y por abajo. La antes olvidada central se alza hoy en el número 36 del paseo del Prado transformada en CaixaForum Madrid, un centro que aúna tradición y modernidad con una amplia oferta gratuita para todos los públicos.

En pleno triángulo del Arte de Madrid, la Obra Social de la Caixa encargó a los arquitectos Herzog & de Meuronque que ampliaron la Tate Modern de Londres, la transformación y recuperación del edificio y la plaza para crear un ámbito cultural acorde con el entorno que le rodea. Y lo ha conseguido. Sí.

Recomiendo a todos los lectores del blog, que se den un paseo por el final del Paseo del Prado y vean el exterior del edificio, coronado por una impactante carcasa con envolvente de chapa de fundición; el sensacional jardín vertical -que gran negocio tengo, si alguien se animara- del francés Patrick Blanc y el espacio abierto de la plaza (los sábados y domingos hay conciertos). La entrada es gratuita y puedes entrar. Del interior no te puedes perder:

La librería y la sala VIP. Tiene un ventanal con una vista al Jardín Botánico maravillosa. La escalera. Y me ha gustado mucho la cafetería. Las celosías del remate del edificio hacen de ventanas y en un ambiente cálido, sencillo, moderno, agradable, puedes tomar un cafe o comer en el restaurante. El menú del día son 14€.

Bueno aquí dejo la dirección de la web:


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